Cada año, desde julio hasta finales octubre, comienza a sonar uno de los cantos más extravagantes, largos y complejos del reino animal en nuestro país; se hacen visibles saltos formidables de criaturas que exceden los 15 metros de largo suspendiéndose en el aire por unos segundos para caer nuevamente al océano; jorobas oscilantes que se asoman por la superficie terminan en una cola enorme que las impulsa a la profundidad.
Las ballenas yubarta, de la familia de los cetáceos, se alimentan de peces pequeños, plancton y krill durante el verano antártico, la mayoría de este alimento se convierte en una reserva de grasa que se acumula para ser usada en la migración más larga que tiene un mamífero: un viaje de 8,500 kilómetros a través del océano pacífico para llegar a la región tropical en donde algunos se reproducen y otros tienen sus crías tras los once u once y medio meses de gestación.
Esta especie de ballena fue una de las más afectadas por los productos que se podían derivar de ella. Su grasa era usada como lubricante para maquinaria y combustible de linternas; también se producía margarina y aceite para cocina; por otro lado, su carne procesada podía ser consumida por animales domésticos y humanos. Esto afectó su población a tal punto que hoy en día se estima que queda solo entre el 30-35% de su población original.
La conservación de esta especie, así como la de las otras, comenzó en 1966 cuando la Comisión Ballenera Internacional le dio protección mundial al declarar ilegal su caza. Esto ha hecho que se promueva el cuidado de esta especie, que su representación económica gire en torno al ecoturismo y no a sus productos derivados, y que las podamos avistar cada año en las costas del pacífico.
Gregory Smith – flicker.com/photos/slobirdr
Blake Matheson – flicker.com/photos/34328261@N02
Dato: Los Voyager 1 y 2, satélites de la NASA que tienen como propósito estudiar el espacio fuera del sistema solar, cuentan con un disco de oro con información, sonidos e imágenes sobre la vida en la tierra en donde una de las notas de audio es el canto de la ballena yubarta.